martes, 31 de enero de 2012

Absurdas ideologías

¿Porque será que las ideologías parecen pertenecer solo a los pobres?
Despertemos ya de ese opio, de esa mentira que alimentan los que solo tienen una bandera, que es el dinero. Las ideologías son la droga con la que se manipula y controla al pueblo. Mientras nosotros salimos con nuestras banderas y nuestras proclamas y nos matamos entre nosotros, los cuatro de siempre se quedan con lo que nos pertenece.
La única diferencia entre las religiones y las ideologías son los Dioses. En vez de cruces e imágenes, hay banderas y escudos. Parecemos caer en la misma trampa una y otra vez, pero lo cierto es que siempre encuentran el modo de dividirnos y controlarnos.
Las ideologías nacen o cobran fuerza cuando la religión dejó de tener su poder manipulador sobre el pueblo, pero en ambos casos el fin es el mismo. Tener una excusa y un medio para obtener poder y beneficio a costa de
la gente. No fueron más hipócritas las cruzadas que la revolución francesa, por ejemplo. A ojos de la historia la revolución francesa es un ejemplo de lucha por la libertad, cuando lo cierto es que fue una excusa de los que ambicionaban el poder para derrocar a los que ya lo tenían.
Socialmente...¿Que ha cambiado en doscientos años? Los mismos siguen explotados y los mismos explotan. En principio se podría decir que ahora tenemos más derechos. Es cierto, ahora podemos descansar los domingos y teóricamente tenemos sindicatos que nos protegen de los tiranos empresarios. Entonces ¿Cómo se explica la situación actual? Si el cura de antaño aparcaba su fe cuando lograba ser cardenal, el sindicalista o el político de barrio, aparca su ideología cuando tiene un despacho. Las ideologías están muy bien para andar por casa, para discutir en los bares, pero desaparecen tan pronto entra el dinero por la puerta.
Así pues ¿Debemos conformarnos la mayoría con ser idealistas, cuando los que tienen el poder de cambiar algo, hace tiempo que las olvidaron? Muchos hablan de quitarle la venda de los ojos a la gente, pero antes habría que quitársela uno mismo. Nada pueden hacer las banderas o las proclamas contra los únicos ideales que han gobernado el mundo en 3000 años de civilización, el dinero y el poder.
No sé donde, pero en algún lugar debe estar la llave que permita encontrar el modo de gobernar a toda una nación sin falsas ideas o creencias. Mucha sangre se ha derramado durante siglos por ambos motivos y seguimos igual. Todos oprimidos en favor de unos pocos.
  

Los peligros del pensamiento colectivo

Esto ya lo demostró Orson Welles en su guerra de los mundos. Es fácil manipular a la gente hasta el punto de llevarla a la histeria colectiva ante un hecho del que nadie fue testigo, entre otras cosas, porqué no sucedió.
En el ejercito lo primero que se hace es anular cualquier pensamiento individual, para sustituirlo por uno único y compartido. Se trata de no hacerse preguntas, solo de obedecer, por muchas humillaciones que sufran.
Ahora bien, esto sucede también entre el pueblo llano. En los días previos a la invasión soviética de Berlin, los ciudadanos tenían muy claro que antes de caer en manos de los soldados rojos, la opción más humana iba a ser el suicidio. Cualquier cosa antes de caer en manos de aquellos seres inhumanos que les torturarían, les vejarían y les harían mil diabluras. Un superviviente explicó fascinado tras ser capturado por los soviéticos, que no solo eran personas normales, si no que además le habían dispensado un trato muy humano y cordial.
La única manera de que el 1% domine al 99% es anulando el pensamiento individual, con el que todos nacemos, y sustituirlo por uno colectivo. La iglesia lo usó durante siglos. Dios y el paraíso era el pensamiento colectivo. El Diablo y el infierno, las consecuencias de querer apartarse e intentar pensar por uno mismo.
En la política y en la sociedad actual sucede lo mismo. Si uno se sentara a ver que películas y series ven nuestros hijos comprobaría que todo gira en torno a una idea. Solo eres productivo y rentable para esta sociedad si cumples los siguientes objetivos. Casarte, trabajo y vivienda. Es lógico que todos aspiremos a eso, pero no por adaptación, si no por supervivencia e independencia. Sin embargo, si con 35 años (sin contar en estos años de crisis) no se tienen las tres cosas pareces discriminado. Si no estas casado eres raro, si vives con los padres un malcriado y si no trabajas, un vago. Entre nosotros nos juzgamos.
Ahora salimos a la calle para evitar desahucios, pero se podría haber salido a la calle mucho antes, cuando los precios de la vivienda comenzaban a ser abusivos. Estábamos tan obsesionados en conseguir vivienda fuese como fuese que estábamos dispuestos a aceptar cualquier condición. Porque son los valores inculcados casi desde niños. Estamos dispuestos a cualquier cosa por no salirnos del camino marcado. No obstante, hace siete u ocho años se podría haber desinflado la burbuja si durante simplemente un año, nadie hubiera comprado una sola vivienda. Los precios habrían bajado y nadie estaría perdiendo sus hogares.
Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, no por estúpidos, si no por seguir las directrices de lo que se supone era lo correcto. Y en base a eso las alimañas se han enriquecido.
La política es lo mismo. Dominarnos a todos con ideas colectivas que no nos dejan ver el horizonte.
Si nosotros somos la jauría de perros, el hueso es ese concepto colectivo de control. Cuando los que nos gobiernan quieren comerse a gusto el chorizo, tiran el hueso, nos matamos por él, y nadie les molesta en su banquete. Ellos comen y se enriquecen y nosotros pasamos hambre y penurias. Eso sí, buscamos responsables de nuestra situación y les miramos a ellos, cuando tal vez nuestra pasividad para dejarnos controlar, sea la verdadera causa. El pensamiento individual debería prevalecer para evitar el problema, no usarlo para solucionarlo. Entonces ya no dependemos de nosotros mismos. Si el 99% dependemos del 1%, la culpa es del 99%.
En una sociedad sin valores, donde solo somos solidarios cuando nuestra situación es precaria, estamos condenados al desastre.
El año pasado una ONG que manda alimentos al tercer mundo, recibió el doble de aporte por parte de la sociedad que años anteriores. A la pregunta de como era eso posible, cuando estábamos sufriendo una situación tan dura nosotros mismos, la respuesta fue: Cuando nosotros lo pasamos mal, nos solidarizamos con los que lo pasan peor.
Esa no es la solución. Debemos pensar por nosotros mismos siempre, no dejarnos llevar por una idea colectiva en años de bonanza, y ser ideológicos en tiempos duros. El pensamiento colectivo enseña a discriminar al que no piensa igual. Es necesario destruirlo para ser libres de verdad.



    

domingo, 29 de enero de 2012

El avance de la ultraderecha

En años de bonanza el espíritu liberal se apodera de las conciencias del pueblo. Son tiempos de paz y de dominio de las izquierdas. Una constante que desaparece cuando la bonanza se convierte en sequía económica.
Como la política no es más que un sistema para jugar con los miedos del pueblo, en tiempos de crisis, donde se hace latente la falta de valores de una sociedad, donde unos luchan para que los pocos que hay no se pierdan, suelen estallar con fuerza las guerras ideológicas.
pero el miedo mueve siempre a la masa ignorante, a aquellos que creen que la solución está en destruir, prohibir y discriminar. Aquellos que en tiempo de bonanza descansan sin contribuir a que la situación se mantenga o mejore, y que en tiempos difíciles alzan su voz contra todo aquello que es distinto.
Estos son el alimento de la derecha. La derecha más radical.
Ahora nos toca vivir un momento de esos. Como sucediera a comienzos del siglo pasado, los nacionalismos más conservadores aparecen entre el pueblo para infectar con sus ideas al mundo.
Tenemos ejemplos como el de Hungria con leyes contra la pluralidad religiosa o que criminalizan al socialismo. Medidas que alimentan el odio y los rencores. Caldo de cultivo para desestabilizar la paz social y entre pueblos. Pero hay más casos. En EEUU los republicanos más radicales se presentan como serios candidatos a la presidencia en la casa blanca. Pocas posibilidades tiene Obama contra una derecha extrema que comparte con su pueblo el deseo de tomar a la fuerza lo que con dinero no han podido obtener. Francia, Alemania, España, Italia, Reino Unido, son otros bastiones de una derecha, que irónicamente pretenden dar lecciones de moralidad a las dictaduras de Siria, Irán o China. En definitiva, la izquierda y el liberalismo quedan una vez más desterrados en tiempos difíciles y se preparan para repartirse el mundo. Mientras tanto el pueblo es el arma con el que sembrar odio y discordia.
Lo que no está tan claro es de quien es la culpa. Tal vez la izquierda, en tiempos de bonanza, debería aceptar su responsabilidad y no solo vivir de los buenos tiempos y dedicarse a evitar que vengan tiempos complicados que alimenten y den vida a la ultraderecha.


viernes, 27 de enero de 2012

El paro sube y sube

Se comparaba el otro día la situación de España con la de un barco con un boquete en el casco y se contemplaban tres posibles soluciones. 1) Achicar agua, 2) remar rápido hacia la orilla o 3) arreglar el boquete, que en este caso es el déficit. Nadie contempla la cuarta opción: Los botes salvavidas. Una nación que se hunde debe pensar primero en salvar a su ciudadanía. Guste o no guste esto pasa por luchar de manera efectiva contra el paro.
¿De que sirven tantos recortes en sanidad y educación si no se invierte en fomentar empleo? Pero no fomentar el empleo como se busca desde el gobierno, es decir, generando inversión para que desde el extranjero se habrán plantas de trabajo y se creen puestos de trabajo. Esto es hacer castillos de arena en la orilla. Tan pronto se marchen esas fábricas, de nuevo un aumento importante del paro. Hay que invertir en la materia prima que son los jóvenes con carrera o que están en vía de obtenerla.
Finlandia está dispuesta a llevarse a los que acaban de terminar la carrera de enfermería con sueldos que rondan los 3000 euros brutos. Alemania se lleva a los ingenieros y Reino Unido a cualquiera que tenga carrera y esté dispuesto a trabajar.
Esto explicaría que desde tiempos inmemoriales España siempre haya estado a la cabeza en número de parados. Solo se reduce el paro cuando las inversiones extranjeras son generosas con España.
Uno de cada tres euros ahorrados con los recortes en sanidad y educación deberían ir destinados a potenciar la creación de empleo entre los jóvenes y potenciar la creación de sus propias empresas. Aunque esto signifique ir mas lentos en la recuperación del déficit.
El problema es que el ritmo de recuperación lo marca la UE y a ellos les urge que España llegue al límite establecido lo antes posible.
Tendremos que seguir construyendo castillos de arena en la orilla. Nuestra tasa de desempleo seguirá siendo una montaña rusa, mientras los más cualificados, aquellos que pueden levantar el país, no hoy, si no durante generaciones, sigan marchándose al extranjero.
¿Cuando llegará el momento de hacer inversiones efectivas? Incluso en una época tan complicada, el paro en naciones como Alemania no son muy altas.
España no entiende, y Alemania si, que la base de la economía es el paro. A menos paro más difícil hundirse en tiempos de crisis. La mejor manera de enfrentarse al paro es no depender de aquellos que buscan mano de obra barata en España. Es ser autosuficientes.

 

jueves, 26 de enero de 2012

Un nuevo bloque emerge en silencio.

Nota: Hace tiempo tengo la suerte de poder contrastar ciertas verdades y mentiras sobre un país que va a ser clave en la economía mundial en los próximos años, Rusia. Demasiado europea para los asiáticos, y en determinadas épocas demasiado asiática para los europeos. Actualmente su política europeista podría estar en su tramo final.  

Toda la convulsión económica de los últimos años responde a un intento de varias naciones de ahogar al capitalismo de occidente y el intento de éste de evitarlo. 
Como una serpiente lentamente se está enroscando al cuello de occidente y asfisiándola.  
¿Porque Alemania no se moja definitivamente para salvar a una UE ahora herida?
Es probable que Alemania, nación famosa por su política ambigua, cuyas alianzas duran tanto como los beneficios de la misma, tenga un ojo en occidente y otro en Asia.
Esto puede deberse a supuesta unión económica entre Rusia y China. Ambas naciones enemigas del imperialismo americano, aunque Rusia por conveniencia económica deba tragar.
Pero...¿Que pasa si Rusia encuentra una alternativa y ya no necesite depender de EEUU?
Alemania puede encontrarse actualmente en fase de observación. Los acuerdos entre China y Rusia ya existen. China sabe que una de las mayores reservas de petroleo del mundo están en el país vecino y estas dos naciones, en una alianza económica pueden terminar de ahogar por completo a occidente.
Un nuevo bloque económico entre Rusia, China, India, Corea del norte y ciertas naciones de la Europa del este no es tan descabellado. ¿Puede ser que la pasividad de Alemania en querer tomar las riendas de la UE se deba a que está a la expectativa de que bloque interesa más apoyar?
Tenemos como ejemplo a Iberoamerica. La unión de sus economías en un solo bloque y con las políticas antiamericanas de Venezuela y Bolivia, por ejemplo, ya están ahogando a EEUU y occidente.
Esta es una de las razones de la presencia militar y de las provocaciones a Irán por parte de occidente. Porque el poder se divide en fuerza económica y en dominio geográfico. 
Los paises árabes e islámicos son, como siempre, la clave para que unos bloques ostenten el poder en detrimento de otros. El odio hacia todo lo que tenga que ver con occidente, lógico si tenemos en cuenta la represión sufrida por ellos en décadas, hace que estén dispuestos a negociar con China, Rusia e India y dar la espalda a EEUU y a la UE. Este fue el motivo de la guerra de Libia y el motivo por el que se está buscando la excusa para invadir Irán.
La serpiente cada vez ahoga más y su victima intenta liberarse como sea. La guerra económica, primera fase de una posible tercera guerra mundial, está servida desde hace años. Este movimiento de alianzas, todavía encubiertas, generan incertidumbre y evitan tomar decisiones clave para la recuperación económica.

    

martes, 24 de enero de 2012

Una Crisis Falsa

El capitalismo no es un sistema financiero, es un sistema de dominio, de poder. Es la política del primer mundo para dominar al resto del planeta.
El capitalismo es el arma más poderosa de EEUU, el medio por el cual logró convertirse en la primera potencia mundial. Mediante las dos guerras mundiales logró infiltrar su sistema en medio mundo para controlarlo.
Mediante el capitalismo se ahogó a la URSS y se controló Europa. La primera guerra fría, lejos de ser únicamente una cuestión de misiles y de territorialidad, lo fue entre dos sistemas antagónicos.
Tras el hundimiento del bloque soviético vino la globalización. La manera de mantener el poder económico sobre el mundo.
Pero el mundo presenta nuevos retos. Nuevas economías, fuertes y en expansión ponen en peligro el poder de occidente. El capitalismo actual no puede hacer frente a esos nuevos retos. Está anticuado. Obsoleto.
Ni los mercados europeos ni los americanos pueden hacer frente a las amenazas del siglo XXI. Aquellas naciones que agachaban la cabeza ante occidente ven ahora en las nuevas alternativas una manera de revelarse. Esto genera problemas de recursos y de inversiones, la base del capitalismo.
De este modo comienza la segunda guerra fría. Es momento de reformar el capitalismo para hacer frente a las nuevas amenazas. ¿Como reformar un sistema financiero? Derribándolo primero. Esta crisis no es cierta. No es cierta como nos la pintan. Se han derribado pequeños sistemas financieros para hacer reformas. El pueblo es la víctima, como casi siempre, de una mentira. Estamos ante una lucha de poderes y el pueblo es la milicia, la carne de cañón que no importa sacrificar. Uno de esos grandes escenarios es Irán. Todo hace indicar que será la nueva Vietnam. No una simple guerra, si no el lugar donde dos sistemas lucharán por el dominio mundial.
Mientras tanto esta falsa crisis termina con gobiernos, exprime pueblos y exigen unos sacrificios con el objetivo de llegar a Irán con posibilidades de victoria.
Esta crisis es en realidad una reforma del capitalismo.

lunes, 23 de enero de 2012

Malditos derechos de autor

¿Hasta donde son legítimos los derechos de autor?

Se entiende que los derechos de autor son para proteger los derechos intelectuales de un autor sobre su obra. Sin embargo, ¿Donde termina esa protección justa y comienza el lucro?
El arte siempre se ha considerado, o al menos así fue hasta no hace mucho, un derecho universal al que todos deberían tener acceso. Es justo premiar el talento, pero no no es lícito hacer negocio con el arte. Antiguamente el artista trabajaba para comer, estaba en cierto modo supeditado a la valoración de la gente. Cuanto más valorado estaba más opciones tenía de seguir viviendo de su arte. De pronto las tornas han cambiado. Ellos nos dicen lo que es arte y lo que no, y cuanto pagar por él.
Si a la hora de cobrar por un trabajo se busca tener dos piscinas en vez de una, o tres casas, o tres coches, entonces ya no es arte, es un negocio rastrero.
Llama la atención que los que más luchan contra la piratería son a su ves los "artistas" que menos tienen que ofrecer. El cantante que solo pone su voz (muchas veces digitalizada) o el actor que cobra 6 millones de euros por cuatro escenas (Ni tan siquiera rueda él las de riesgo) No es el autor de la canción, el que compone la música, o el guionista el que lucha con tanta fiereza contra la piratería. Es el vividor que parece artista gracias a otros el que apoya leyes absurdas a favor de unos derechos de autor, a veces extravagantes.
¿Porque cobrar a una peluquería por poner su música? ¿No es una publicidad gratuita que reciben? ¿Cuantos discos se habrán comprado por escucharles en el hilo musical de un supermercado? En cierto modo ellos deberían pagar a peluquerías y supermercados por tan extraordinaria publicidad gratuita.
El artista de verdad solo busca un precio justo por su trabajo, y lo más importante, que su arte llegue a la gente. Aquellos que ponen el euro por encima de la expresión artistica incurren en un abuso inmoral.
El precio del arte no puede ser tan elevado e inaccesible a la gente. El talento es algo privado, pero el arte es universal.