viernes, 3 de febrero de 2012

Antes guapo que con dignidad

El primer síntoma de decadencia de una sociedad es anteponer la belleza a cualquier principio moral.
No estoy en contra de los gimnasios ni tampoco soy un demagogo. La salud es importante, pero con millones de parados en todo el mundo, conflictos crueles, con el aumento de los impuestos y de los precios y con un aumento preocupante de gente que cruza el umbral de la pobreza, los gimnasios siguen abarrotados y el físico sigue primando. Como si con cada gramo perdido se les cayeran tres neuronas, hay gente capaz de juzgar a una persona por su belleza, hasta el extremo de evitar a las personas que no cumplan los patrones establecidos.
Con los recortes de sanidad, donde se cierran quirofanos, las farmacias casi no pueden abastecernos con lo mínimo imprescindible, se despiden personal sanitario y las listas de espera para operaciones pueden alargarse hasta ocho meses, la noticia del mes es la defectuosa calidad de unos implantes mamarios. La gente no puede comer, pero siguen pidiendo préstamos para aumentarse los pechos o ponerse botox.
Salvo un pequeño porcentaje de personas que si necesitan estas operaciones, bien por las secuelas dejadas por una enfermedad, o por algún accidente, la mayoría seguramente deberían gastarse el dinero en libros.
Luego están las dietas milagro. La gente es capaz de tirar toneladas de alimento porque caducó hace un día, tanta comida que se podría alimentar a todos aquellos que hoy tienen que "mendigarla" (Y cada vez son más) y luego se meten cualquier dieta milagro para perder unos kilos que tampoco les sobran, jugándose la salud.
Ya no hay albergues para acoger a todos aquellos que lo necesitan, pero las saunas están abarrotadas.
A este paso no tendrán que preocuparse, porque llega la nueva dieta milagro. Se llama pobreza. Ni harán falta las saunas, porque pasarán muchos lunes al sol. Y en cuanto al ejercicio, bueno, el colesterol dejará de ser un problema dentro de poco. Cuidarse está bien, pero cuando el valor central de una persona es el físico, tanto en su vida como a la hora de juzgar la de los demás, tenemos un problema muy grave. Vamos a combatir la obesidad infantil, si, pero sin dejarles sin profesores.
Hasta que la dignidad no vuelva a ser más importante que la apariencia seguiremos en una sociedad decadente y estancada, presa fácil de los buitres.

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