miércoles, 22 de febrero de 2012

¿Pueden convivir la democracia con este capitalismo?

Tras los últimos acontecimientos uno puede tener sus dudas. Lo sucedido en el instituto Lluís Vives, de Valencia, no solo fue un acto de contundencia desmedida, también deja en evidencia las intenciones represoras del nuevo gobierno, que además se permite el lujo de describir como "enemigos" a un grupo de alumnos.
¿Porque son enemigos? ¿Por exigir un derecho tan simple como el de no pasar frío mientras estudian? De ser así, la democracia, o no existió, o se ha volatilizado de un plumazo.

Es probable que la democracia, tal como la teníamos concebida, no haya existido nunca. En tiempos donde el capitalismo funcionaba correctamente, sin ningún tipo de obstáculo ni oposición, fue fácil construir un entorno a nuestro alrededor que nos hiciera creer que estábamos en posesión de un sinfín de libertades.
Llegados los tiempos difíciles, no solo no somos culpables de que esto haya sucedido, si no que además, somos los que tenemos que pagarla, y al parecer a cualquier precio y sin rechistar.

Con los beneficios que siguen obteniendo los grandes bancos anualmente, y solo obligándoles a entregar al estado una parte anual de dichos beneficios, la crisis sería historia en un par de años.
Lejos de que esto ocurra, los gobiernos (representantes de la democracia) se doblegan ante la banca (capitalismo), y es el pueblo quien debe renunciar a una sanidad digna, a una educación, e incluso a algo tan básico como una calefacción en las escuelas.
Con el sindicalismo golpeado con la nueva reforma laboral, y con la presumible reforma del derecho a huelga, parece quedar evidente que, capitalismo y democracia no pueden cohabitar.
Seguramente saldremos de la crisis, pero, ¿A que precio?
Mientras los gobiernos estén a las órdenes de la banca, hay una crisis de la que nunca se saldrá. La crisis social.
      

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