jueves, 2 de febrero de 2012

Educación para la ciudadanía, religión, ética....

En una sociedad con escasos valores, sobre todo entre los más jóvenes, la preocupación es si educarles bajo los valores tradicionales (iglesia), o si educarles en la tolerancia y la convivencia (antigua ética, hoy educación para la ciudadanía), no obstante nadie busca combatir el problema desde la raíz.
Hace años que se pierde el tiempo en discusiones como la del aborto, el acceso a la píldora del día después y el uso del preservativo, pero nadie se ha esforzado en educar en lo más básico, el sentido común y la responsabilidad. En un país donde el número de embarazos no deseados entre los menores es tan alto, es evidente que la solución pasa por la concienciación. Siempre buscamos soluciones a los problemas, pero nunca evitar el problema.
España es uno de los países con mayor número de asesinatos de mujeres por parte de sus maridos. Aún es más elevado el número de maltratos a la mujer y se dispara el maltrato infantil. De poco sirve aumentar las penas por tales crímenes si no se ataja el problema desde la raíz. Esto se hace en las escuelas. A menudo pensamos que unas buenas notas conlleva el aprendizaje de unos valores. Nada más lejos de la realidad.
Se pierde el tiempo si se intenta inculcar a un joven que está bien y que está mal en casos concretos. Hay que educarles simplemente para que en los avatares de la vida sepan tomar la decisión correcta. Si conciencias a una persona desde pequeña que respete a ciertos colectivos, pero no se le educa para que simplemente no sea intolerante, dicha intolerancia se desviará a colectivos ahora no mencionados. Para apagar un fuego hay que ir al foco principal, de lo contrario no sirve para nada.
¿De que sirve ser tolerante con una persona por su condición sexual, para después discriminarla por su forma de vestir? ¿De que sirve ser respetuoso con la mujer, por ser mujer, si después se la discrimina por ser obesa?  
En un país con casos como Marta del Castillo, de embarazos entre niñas de 15 años y donde se quema a mendigos que duermen en cajeros, la solución no es decir "miembras" en vez de miembros, ni en facilitar el aborto. Es inculcar unos valores básicos e imprescindibles. No es cuestionar a un padre por dar una bofetada a su hijo, si no cuestionarle por no participar en la educación de esos valores.
Dejemos de jugar con la educación de los más jóvenes. Ni religión, ni educación para la ciudadanía...Valores básicos y moral. Esto es lo que hay que inculcar.

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