sábado, 11 de febrero de 2012

Reforma Laboral. Más cadenas.

Creo que a poca gente le podía sorprender, aún sin conocer los puntos concretos, que esta nueva reforma laboral fuera a ser tan dura. Lo que ya no tengo tan claro es que se pueda culpar a Rajoy. ¿Lo hubiera hecho Zapatero, o el PSOE de haber ganado las elecciones? No, por supuesto que no, y por eso no las ganaron. Fuera de España querían un gobierno de derechas y aquí está.
La cuestión es que está reforma viene marcada por los deseos de Alemania y la UE. Quien piense que esta reforma la ha elaborado el PP solito, está equivocado.

Uno de los puntos más indignantes es el destinado a los que están cobrando la prestación del paro. El estado puede obligarles a realizar trabajos comunitarios mientras cobren el subsidio. Evidentemente esta medida busca terminar con la economía sumergida, pero ¿No había otra forma que no sea tratar al parado como a un delincuente? Los trabajos comunitarios siempre han sido para aquellos que han cometido alguna falta leve, no para los que tienen la desgracia de perder su trabajo. Se supone que para eso nos descuentan una parte de nuestra nómina. Mientras trabajamos cotizamos para el paro y para la seguridad social. En ambos casos se nos obliga a volver a pagar, si finalmente se lleva a cabo el copago en la sanidad. Hubiera sido más fácil sancionar al empresario que tuviera trabajadores sin contrato, pero ¿Que derecha va contra el empresario?

El punto estrella, una vez más, es el abaratamiento del despido. Como siempre, haciendo castillos de arena en la orilla ¿Como se puede reactivar la economía generando inseguridad en el trabajador, que es el consumista potencial en un país?
Se busca facilitar el acceso de los más jóvenes al empleo, pero a un precio muy alto. Con unas condiciones que rozan la esclavitud. Una vez más pagarán los muebles rotos. Con la imposibilidad de lograr independencia económica, estará a merced del empresario.
Queda claro que se quiere reactivar la economía lo más rápido posible, y sobre todo, lanzar un mensaje a los inversores extranjeros. El gobierno quiere seducirles para que de nuevo inviertan y establezcan sus empresas en España. Porque de eso vive nuestra economía. De las inversiones y de los empresarios de fuera. Pan para hoy y hambre para mañana. El trabajador español, es simplemente ninguneado.

Una vez más queda claro que dentro de la UE hay dos Europas. La Europa del sur trabajando para la Europa del norte. Porque no puede ser casualidad que todas las penurias las estemos sufriendo griegos, italianos, españoles y portugueses. Con esta crisis queda evidente quien marca las pautas en la UE y quien trabaja para quien. Somos la mano de obra de Alemania, Reino Unido, Francia, etc. Normal que nos miren por encima del hombro.

El capitalismo se agota, está herido de muerte, y en el intento de querer reanimarlo, se desangra al pueblo, a las naciones del sur de Europa. Grecia es el mejor ejemplo. Italia no tiene gobierno electo y todos sabemos la situación de España. Esto ha de explotar por algún lado. Demasiadas cadenas alrededor del cuello de la gente. Demasiado trato indigno.

¿Y ahora que? ¿Cual es el papel de los sindicatos? ¿Habrá huelga general?
Se preparan movilizaciones y protestas, pero no se habla de huelga. Hasta ahora la indignación por esta reforma no parece haber calado lo suficiente. Es pronto. Solo hace 24 horas. Pero hay que coger la sartén  por el mango lo antes posible. Europa se hunde, España se ahoga. En 20 años seremos una nación pobre y con una generación con un futuro muy negro.

A mi el supuesto desliz de Rajoy, diciendo a micrófono abierto que la reforma iba a costarle una huelga general, me huele hasta mal. Durante varios días se habló de ese desliz y yo veo un mensaje subliminal al pueblo. Que si o si, la izquierda iba a boicotear la reforma. De modo que la situación de los sindicatos, ya de por si bastante pasivos últimamente, es compleja, porque tal vez la mayoría no estén por la labor de secundar protesta alguna. Augurar el movimiento de los sindicatos ha podido ser una estrategia para restarle peso a la hora de querer llevarla a cabo. Querer pintarles como unos llorones ante la sociedad.

Por cierto, muy buena la estrategia de presentar la reforma en viernes. Dos días de fiesta por delante son un colchón para enfriar los ánimos.



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