sábado, 4 de febrero de 2012

El arte de la manipulación

El arte de la manipulación consiste en hacer creer que se defiende la postura justa cuando en realidad estás defendiendo la opuesta. Consiste en hacer creer que la decisión de tomar una postura es nuestra cuando en realidad has sido sugestionado para tomarla.
Por regla general, aquellas personas que se consideran lo bastante inteligentes para no ser manipuladas, son las victimas más propensas a caer en la manipulación. El manipulador sabe muy bien que la verdad, en si misma, no existe, mientras que el manipulado vive siempre sujeto a su verdad. Esa verdad que se mueve entre sus odios y sus pasiones.
El manipulador suele usar lo primero, los odios, porque nos guste o no, todos tenemos una predisposición ante la vida, una forma de verla y es casi imposible ver la verdad con otros ojos que no sean nuestras ideas de como han de ser las cosas.
De este modo el que está predispuesto a creer que nuestros problemas son causados por la inmigración, será victima de la manipulación a causa de esa intolerancia suya. ¿Porqué reconocer que no se construyen suficientes guarderías para todos, cuando se puede hacer creer que la causa es que todas las plazas las ocupan los que vienen de fuera?
Una vez manipulada la gente manejando sus odios, viene la segunda fase. Manipularlos a través de sus pasiones. Vienen entonces las consignas, rememorar el pasado y las banderas. De este modo el manipulador se presenta como la solución.
Pero ¡Ojo!, porque todos estamos predispuestos a la manipulación. No solo los del otro "bando".
Últimamente se puede observar una tendencia a decir que es "borreguismo" y que no lo es. Cuando alguien nos dice que es lo correcto pensar, estamos también predispuestos a ser manipulados. Sin olvidar que cuando intentamos convencer al manipulado de que lo está, al mismo tiempo podemos estar intentando manipular. La diferencia entre la manipulación y la teórica "verdad", es que la primera es rápida en actuar y sus efectos no duran mucho, por eso se requiere de una manipulación constante. La "verdad" o mejor llamarlo lo lógico, tarda en hacer acto de presencia (La verdad cae por su propio peso, el tiempo nos pone a todos en nuestro lugar) y por desgracia, cuando se muestra ante nosotros ya es tarde para solucionar nada.
Solo una cosa puede vencer a la manipulación. La intuición y el raciocinio. Tener capacidad para pensar por nosotros mismos, y no depender de los pensamientos de terceras personas.
Todos tenemos capacidad para distinguir lo que es cierto de lo que no lo es, pero es mucho más sencillo dejarse llevar. Evidentemente es más cansado nadar contra corriente. Uno se sienta a ver la televisión para no pensar. Tal vez nos relajamos demasiado y eso nos predispone a la manipulación.
Todos somos capaces de intuir el peligro en la calle, una posible estafa, o si nuestra pareja nos engaña, pero no somos capaces de intuir cuando nos mienten en otros aspectos no menos importantes. Somos demasiado confiados, delegamos los asuntos más importantes, los que mas afectan a nuestro porvenir. Desconfiamos del vecino, pero no de la persona que tiene nuestra vida en sus manos. La desconfianza debería ser dirigida a aquellos que pueden perjudicarnos de verdad. Exijamos pruebas a sus argumentos. No nos limitemos a creer lo primero que nos digan. 

  

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